Qué ganitas de hablar de sol, de flores, ¡de primavera! Por fin dejamos atrás el invierno y ya se va notando en la temperatura. Con deciros que Agapito ya despertó de su letargo hace un mes os lo digo todo.
He hecho varios posts sobre la primavera en el balcón en mi anterior blog, pero lo que os quería comentar en este son las plantas que mejor han aguantado tanto el calor del verano como el frío del invierno hasta poder alcanzar la siguiente primavera.
Esto no quiere decir que sean las mejores plantas para un balcón ni mucho menos, pero sí son las que mejor han «sobrevivido» en el clima cálido y costero donde yo vivo. Además, he de decir que mi balcón da al este por lo que la insolación por las mañanas es bastante potente y directa.
Unas plantas muy resistentes al sol son los geranios. Este año todavía no me han florecido, pero cuando lo hacen siempre es una alegría. Tengo uno rojo que compré en Verdecora y otro rosa que me regaló mi abuela cortando un tallito de uno enorme que tenía ella ¡son superfáciles de trasplantar! (se agarran muy bien).
Otra planta que da gozo tener en casa es el hibiscus: a mí me han florecido incluso en invierno ¡y no veáis el gozo que da salir al balcón una mañana y encontrarte una flor de ese tamaño bien abierta!
No os voy a engañar: no todo son pétalos y flores hermosas. Este post es una selección de plantas supervivientes. Jazmín, albahaca, tomates, gerberas o perejil son plantas que necesitan mucha irrigación y una luz suave. Vamos: las pobres estaban abocadas a ¡morir en mi caluroso balcón!.
Las que no se mueren nunca por más sol que les pegue (incluso parece que se bravuconean con cada rayo de sol) son los aloes. En esta maceta de aquí planté hace menos de un año cuatro «bebés aloe» (o alouitos, como yo los llamo). Y ahora mismo ya están que se salen de la maceta y se pelean los unos contra los otros por conseguir más espacio para seguir creciendo.
Tanto es así que cada cierto tiempo hay que trasplantar los hijitos de los aloes que van saliendo para liberar las macetas de «los padres» y dejar que los bebés aloe se abran paso. De esta forma, mi balcón comenzó teniendo un solo aloe que me había regalado mi madre; pero ahora mismo está plagado de la siguiente manera:
¿Y qué decir de los eternos y resistentes cactus? ¿os habéis fijado en el que está a la izquierda de los aloes? Pues os diré que este cactus comenzó siendo de estos mini-cactus del tamaño de una nuez que venden en mini-macetas y ahora es incluso más grande que un melón Cantalup.
Esto no fue de un día para otro, por supuesto. De hecho, este cactus era de mi chico en su época de adolescencia, pero a fuerza de de trasplantarlo, regarlo y dejarlo al sol, el pequeño retoño fue creciendo y creciendo hasta convertirse en lo que es hoy. Así que aunque reconozco que los cactus no son las plantas más bonitas del mundo mundial, sí puedo corroborar que se trata de unas plantas con una increíble capacidad de resistencia.
Pero no quiero daros la impresión de que las únicas plantas resistentes al sol y a las inclemencias del tiempo son los cactus y las plantas suculentas. Ya hemos hablado de hibiscus y geranios. Y para concluir quiero hablaros de una de las protagonistas indiscutibles de mi balcón: la hiedra. Ha sufrido una plaga de pulgones, varios veranos y varios inviernos. Y ahí está: ha duplicado su tamaño y juega a enredarse cubriendo las paredes. (*Otro día os hablaré de cómo intenté acabar con esta plaga de pulgones y cuál fue su resultado)
En la siguiente imagen os muestro un antes y un después para que podáis apreciar cómo la hiedra ha ido campando a sus anchas para inundar la zona de frescor.
Como veis, en mi balcón las plantas cobran gran importancia y durante la primavera mucho más. ¿Os animáis a vestir vuestras terrazas y balcones de verde? Os aseguro que es muy satisfactorio ver cómo con tu cariño y atención vas decorando de naturaleza tus pequeños rincones «zen». ¿Qué decís? ¿vais a incluir geranios, hibiscus, aloes o hiedras en vuestro balcón?