¿Es una buena idea cambiar las ventanas?

Una de las cosas que tuve claras desde que vi por primera vez el piso donde ahora me alojo era que había que cambiar las ventanas.

Las hojas de las ventanas eran muy pesadas y la mayoría estaban casi atrancadas (no os miento si os digo que yo no podía abrir o cerrar la ventana sin ayuda). Además, no aislaban del frío exterior ya que los cajones de las persianas no estaban bien sellados y el aire podía entrar desde fuera (brrrrrr, aún recuerdo las corrientes de aire que se notaban en el interior de la casa aún con las ventanas totalmente cerradas debido al pésimo aislamiento de los cajones).

Creedme si os digo que uno de los mejores consejos que os puedo dar al mudaros a una casa con algunos años de antigüedad es que invirtáis en cambiar las ventanas. Es un esfuerzo económico más, lo sé, pero a la larga compensa por el mejor aislamiento, la eficiencia energética la disminución de los ruidos… A largo plazo, vuestro bolsillo y vuestra salud os lo agradecerán.

Tras comparar presupuestos en varias tiendas comprobé que lo más habitual eran las ventanas con marco de aluminio (un material mucho más ligero que el que había antes) y doble cristal Climalit 4-6-4 (esta medida indica el grosor del primer vidrio, seguido del grosor de la cámara de aire entre los dos cristales y por último el grosor del segundo vidrio).

Este doble cristal cumple todo lo que os decía un poco más arriba: aísla mucho más de la temperatura exterior de la casa, disminuye el ruido que llega desde la calle, y además, al guardar mejor el calor o frío del interior, reduce el gasto o pérdida energética de la casa significativamente. ¡Objetivo cumplido!

Ventana de la cocina

La ventana de la cocina fue la primera que se cambió, ya que la reforma de la cocina y los baños fueron los primeros cambios que se realizaron en la casa.

Pero al plantearme cambiar el resto de ventanas… ¡Problema! Todas las paredes del piso (excepto la de la cocina) estaban recubiertas por el estucado chafado típico de los años 80 y 90; sin embargo, todos los ventaneros que presupuestaron el trabajo encastraban la ventana dejando alrededor un marco de pared enlucida. Por supuesto, no era factible dejar la ventana rodeada de pared lisa y estuco en el resto de la habitación.

La siguiente pregunta vino sola: ¿Estuco o pared lisa?

Os seguiré hablando de este tema en próximos posts.

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