Mi experiencia en el hotel Trump – Una decoración totalmente distinta a mi estilo

chica jacuzzi espuma

Los que ya habéis visitado mi blog alguna vez sabéis que mi estilo es más bien desenfadado, muy colorista, lleno de alegría y vitalidad. Huyo de las decoraciones austeras, desmesuradamente blancas o minimalistas, pero también de la opulencia y la pomposidad.

Los ambientes lujosos suelen parecerme excesivos y a la vez superficiales y sin personalidad. Pero he de decir que este verano me tocó comerme mis palabras, porque después de 9 días durmiendo de prestado en casa de unos amigos o en moteles típicos de peli americana, recibí con los brazos abiertísimos mi primera y única noche en un hotel de estas condiciones.

Y es que me alojé, ni más ni menos que en el Hotel Trump de Las Vegas. Sí, pasamos allí una noche, simplemente por ver qué se cuece en Las Vegas. La verdad es que caímos en este hotel por recomendación de Booking. Y después de esta experiencia tengo que confesar que a nadie le amarga una pildorita de lujo en su vida, jeje.

*Si sois seguidores de mi Instagram, seguro que ya habréis visto algunas fotos sobre mi viaje a EE.UU., y en concreto a Las Vegas. Fui allí con el pretexto de visitar a una buena amiga que vive en San Francisco, así que me alojé en su casa bastantes días. Si todavía no me seguís en Instagram, os invito a que me sigáis a través de esta red social en la que me muevo tanto :)

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El hotel Trump

Bueno, la verdad es que Las Vegas por sí misma, impresiona. Bajo mi punto de vista es como un verdadero parque temático convertido en ciudad. Muchos de sus hoteles parecen auténticas fallas gigantes que recrean monumentos históricos.

Pero el hotel Trump no impresiona por parecerse a la Torre Eiffel, ni a la Fontana de Trevi, ni a los canales de Venecia… No pretende ser ninguna imitación. Este hotel es un edificio enorme, de más de 50 pisos, macizo, sólido, ¡y muy dorado!… Si acaso el Hotel Trump de Las Vegas se parecería a un gran lingote de oro, jeje.

hotel trump dorado
Hotel Trump Las Vegas

Ya desde antes de entrar te sientes en una película americana: en el porche hay un montón de botones que se encargan de cargar tus maletas y aparcar tu coche. Esto a mí me pilló desprevenida y dejé que aparcasen el coche porque la verdad es que no tenía ni idea de dónde estaba el parking. Pero lo de llevar las maletas ya me pareció demasiado, así que las cargué yo misma con mis manitas.

Hall y restaurante

Al entrar en el hall, te das cuenta de que el hotel Trump no solo es muy dorado por fuera, sino también por dentro (ahí me empecé a dar cuenta de que tal vez desentonaba un poco cargar yo misma con mis maletas entre tanta opulencia). Las puertas son doradas, el suelo está perfectamente pulimentado y con una gran alfombra. Una mesa con detalles dorados sostiene varios jarrones enormes con flores… Todo rigurosamente cuidado.

Nada más entrar a la derecha se encuentra la cafetería y restaurante. Sus sillones blancos, las bombillas, los cristales brillantes y luminosos que enmarcan la entrada y los trabajadores perfectamente engalanados te hacen percibir desde el primer instante ese ambiente de sofisticación.

Hall y restaurante del hotel
Hall y restaurante del hotel

La recepción y el lobbie

A la izquierda del hall se encuentra la recepción. Y no: no hay un solo mostrador, ¡hay cuatro! En cada uno de ellos hay un trabajador de trato exquisitamente refinado que te atiende y explica todo el proceso de Check-in: que si quieres registrar todos los nombres de los huéspedes por si a alguno se le pierden las llaves, que si la piscina está en tal piso, que si tu habitación es esta pero si lo prefieres puedes cambiarla por esta otra, que los ascensores están aquí pero tienes otros allí, que este hotel no tiene casino pero que hay un acuerdo con el Ceasar para usar sus instalaciones de juego, que si aquí tienes un mapa de la ciudad con todos los hoteles y bla bla bla.

Por cierto: ¡qué gran ventaja esa de no tener casino en el hotel! Bueno, a mí me pareció una ventaja. ¿Por qué? Porque después de comprobar que todos los hoteles tenían el casino en la misma planta que la recepción donde dejas tus maletas desatendidas por unos segundos… Llamadme desconfiada pero no me apetecía nada hacer esos trámites en un hall por el que pasan cientos de personas que pasean por allí como si fuese la calle.

lobbie hall hotel
Hall de recepción y lobbie posterior del hotel

Después del enorme y amplísimo hall de recepción, había un lobbie o vestíbulo intermedio entre los ascensores y el hall principal. Este lobbie estaba destinado a las esperas entre los clientes del hotel, el típico lugar de encuentro. Por esa razón había varios sofás (y por supuesto más lámparas lujosas de cristal tallado, mesas con enormes jarrones de flores y un suelo perfectamente pulimentado). Había incluso una tienda de la marca Trump para hacer unas compras o regalos durante la espera (todo a un módico precio de unos varios cientos de dólares, claro).

Los pasillos

pasillo hotel
Pasillos y descansillos del hotel

Los pasillos del hotel, aunque mucho más sobrios para no deslucir las habitaciones y las zonas comunes, no tenían nada que envidiar en cuanto a moquetas, espejos de marcos dorados y recargados, mesitas en los descansillos, etc.

Aunque la verdad es que estos pasillos taaaaaaaaan largos y enmoquetados me hicieron recordar más de una vez la peli de El Resplandor. ¿Soy muy siniestra por tener esos pensamientos o lo encontráis razonable al ver la foto?

Los ascensores

Ascensor hotel
Ascensores y descansillo de los ascensores

Y por último: el descansillo de los ascensores totaaaaalmente dorado y brillante. Cuatro ascensores de puertas del color del oro custodiaban cada descansillo. Ascensores en los que te subías y se te taponaban los oídos debido a la velocidad, cosas de tener que subir hasta un piso 42 en cuestión de segundos. Se nota que no estoy acostumbrada a los pisos tan altos, ¿verdad?, jeje. ¡Y todavía había más pisos!.

En definitiva: la bienvenida al hotel fue un mazazo contra una realidad elegante, lujosa, brillante, pomposa y muy dorada. Pero ahora veréis la bienvenida que me esperaba en la fantástica habitación.

La habitación

Fue llegar a la habitación y, aunque el lujo y los detalles estaban muy presentes, el dorado y la pomposidad desaparecieron para dar lugar a un hospedaje perfecto.

Una habitación amplia, con todo lo necesario ¡y mucho más!. Quedé sorprendida por la cantidad de detalles que me encontré. Pero antes de entrar en detalles os mostraré cómo era la habitación donde me alojé.

Habitación del hotel Trump
Habitación del hotel Trump

La habitación constaba de varias piezas: un pasillo que hacía las veces de recibidor, un cuarto de baño, el área de dormitorio, un área de cocina y el área destinada al saloncito. No se trataba de ninguna suite, pero todas estas áreas convivían cómodamente en un espacio más que suficiente. Una amplísima armariada daba uniformidad a todas estas zonas (menos al cuarto de baño, claro).

La zona del salón

Zona de salón de la habitación: sillón, sofá, mesita
Zona de salón de la habitación

El salón de los hoteles suele constar de mesita, lámpara y sillón: lo básico para un rato de lectura. Pero en esta habitación no solo había dos sillones en vez de uno, ¡sino que también había sofá! Una mesita baja de centro ponía la guinda a esta zona, creando un espacio perfecto para reuniones o momentos de charla durante un viaje. Un equipamiento la mar de adecuado como área-salón.

Las vistas

vistas
Vistas desde el Hotel Trump Las Vegas (de día y de noche)

Además, el broche perfecto para esta zona lo aportaban las maravillosas vistas que ofrece un 42º piso. Se veía gran parte de la ciudad, tanto de día como de noche. Por cierto, las luces de la ciudad por la noche me recordaban un poco a la serie CSI, jeje, ¿a vosotros no?

La cama

cama habitación hotel Trump
La cama de la habitación

Otro elemento importante en un hotel, si no el que más, es la cama. En este caso, he de decir que pese a ser todo «muy a lo grande» en el Hotel Trump, la cama tenía un tamaño normalito, eché de menos una Queen size o una King size. Pero lo cierto es que el colchón era comodísimo y esa noche sin duda fue la que mejor dormí durante todo mi viaje a EE.UU. Zzzzzz…

El baño

Desde luego el baño no se quedaba corto en cuanto a detalles que hicieron más agradable la estancia.

El lavabo

Para empezar, la parte del lavabo tenía dos pilas separadas y una amplia bancada para poder dejar el neceser o todos los útiles de aseo. ¡Ah! Y no sé si se aprecia en la foto pero el baño era tan amplio ¡como para poder bailar en él! (y creedme, soy una experta en bailar frente al espejo en baños pequeños :p ).

baño lavabo trump
El lujoso baño del Hotel Trump

La grifería era sencilla pero elegante. El marco del espejo era lujoso y recargado, sin embargo agradecí enormemente tener un espejo tan grande en el baño. Aun así, la amplitud del espejo no dejó injustificada la presencia de un espejito de aumento para afeitarse o maquillarse al detalle.

Espejo de baño
Espejo de afeitado y maquillaje en el baño

Además, la bancada del lavabo estaba equipada con todo tipo de detalles: vasos de cristal, pañuelos de papel, una bandeja plateada con body lotion, una toallita de aseo, jabón, gorro de baño…

Accesorios, útiles y detalles en el baño
Accesorios, útiles y detalles en el baño

El jacuzzi

Y… señor@s, atención porque aquí viene la bomba: ¡jacuzzi propio dentro del baño! Y no un jacuzzi pequeñito, no: uno enorme en el que yo prácticamente no llegaba a tocar de un lado a otro sin ahogarme, jajaja. Esta oportunidad no se tiene todos los días y yo quise aprovecharla con un relajante baño de espuma.

Jacuzzi
Jacuzzi propio dentro del baño

*¡Ah! ¿Y os habéis dado cuenta de que en la pared sobre el jacuzzi aprovecharon para instalar otro espejo? Este baño era enorme, y aún así con tanto espejo, la luz y el espacio se veían multiplicados.

Los detalles

Pero el jacuzzi no iba a ser lo único que tuviese un baño-Trump, ¡no! En el baño también había una ducha separada por su propia puerta de cristal. De igual forma, el inodoro estaba aislado del resto del cuarto de baño mediante otra puerta de cristal.

toilet and shower
En la imagen central se ven las dos puertas de cristal cerradas. La imagen de la izquierda muestra la puerta de la ducha abierta. En la de la derecha se observa el habitáculo de la toilette

Por último, encastrado en la pared de la ducha había un estante con una toallita de aseo y los geles y cosméticos para la ducha. ¡Todo estaba pensado hasta el último detalle para una estancia la mar de cómoda!

Geles de baño
Obsequio geles de baño

La armariada y sus detalles: cafetera, albornoz…

Espejo de cuerpo entero

Si los espejos del lavabo y del jacuzzi ya nos habían parecido grandes… ¿qué os parece este espejo de cuerpo entero que había en la entrada de la habitación? Yo soy una gran amante de los espejos en el recibidor, porque te permiten echarle un último vistazo a tu aspecto antes de salir a la calle. Además, aportan luminosidad y amplitud a espacios que suelen ser más bien estrechos. ¡Todo un acierto!

espejo grande
Gran espejo en el recibidor de la habitación

*Por supuesto, disfruté como una niña haciendo monerías delante de este espejo, ¿acaso lo dudabais? Jeje.

La armariada

A continuación, os muestro la armariada que os comentaba más arriba que aportaba uniformidad a los diferentes espacios de la habitación. Estos armarios, además de amplios, estaban llenos de sorpresas y detalles.

armariada
La gran armariada que da uniformidad a los diferentes espacios de la habitación

El albornoz

Al abrir uno de los armarios: ¡tachán! Un albornoz blanco como los de las películas. Y tan orgullosa que iba yo pululando por la habitación con mi albornoz bien calentito.

albornoz hotel
Un hotel con albornoz ¡como en las pelis!

Y no solo eso: al abrir los armarios, éstos tenían luz. Resulta que en la parte superior del armario había un interruptor que se activaba y encendía el tubo de luz del interior del armario. ¡Una gran idea que podemos aplicar en casa para armarios oscuros! ¿Qué os parece?

armario luz
Armarios con mecanismo de iluminación automática

*Por cierto, ¿Habéis visto que en el armario hay hasta una tabla de planchar, un soporte para maletas, una plancha, un calzador y un cepillo para la ropa? No os he mentido: espaciosos son un rato.

La cocina

Y por último: la zona de la cocina. ¡Tenía hasta tostadora! Y por supuesto una cafetera. Además, tuvieron el detalle de dejar vasos desechables, sobrecitos de té, cápsulas de café y de leche para prepararlo todo a tu gusto.

Curiosamente llevaba algo de pan de molde en la maleta de unos sándwiches que comimos por el monte el día anterior. Así que por la mañana, no sabéis lo a gusto que desayuné un buen café con leche y unas tostaditas. Mmmmmm… ¡Y todo sin necesidad de salir de la habitación! (incluso prácticamente sin salir de la cama, jaja :p ¡un lujo!)

Cocina Trump
Zona reservada para la cocina

También dejaron un par de botellas de agua gratuitas como gentileza de la casa. ¡Ideal para cuando estás de viaje! Estos detalles se agradecen un montón.

Conclusión

En fin, no sabéis (bueno, seguro que sí) lo mucho que se agradecen todas estas cosas cuando estás de viaje y lo que más te apetece al llegar al hotel es sentirte tan cómodo como en casa.

Es cierto que al principio era muy reacia a alojarme en este hotel, incluso tenía el prejuicio de que me encontraría en un lugar totalmente dorado, ostentosamente hortera y algo casposillo, también. Pero rectifico y me como mis palabras: nada más lejos de la realidad. No os voy a decir que no hubiese brillos, dorados y mármoles, muchos más de los que yo considero estrictamente necesarios. Pero es cierto que me quedo con la percepción de que la cadena de hoteles Trump cuida al máximo hasta el más mínimo detalle, piensa en todo lo relacionado con el confort del viajero sin escatimar. Y esto, cuando llevas todo el día pateando, con calor, cansada… es increíblemente reconfortante.

Si encuentro la oportunidad de volver a un hotel Trump, creo que la aprovecharé solo por ver si la relación calidad-precio se mantiene en otros hoteles, o si solo se encuentra en este a causa de la voraz competencia hotelera que existe en Las Vegas.

Espero que os haya gustado este post un poquito diferente. Nos leemos pronto. Un fuerte abrazo a tod@s.

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