El pasado sábado estuve de boda en Almería. Fue una boda sencilla pero llena de detalles que me conquistaron el corazón: todo estaba pensado, todo estaba diseñado personalmente por los novios (que son ambos arquitectos y fieles seguidores de este blog).
Los detalles se hicieron notar desde el primer momento. Nada más entrar al cortijo donde se celebraba la boda ya nos encontramos con la primera sorpresa.

Para conocer cuál era la distribución de las mesas, tenías que encontrar tu nombre en un pequeño tendedero con fotos y cartulinas. Sobre la cartulina que llevaba tu nombre había una pulsera de determinado color: ese era el color de la silla en la que tendrías que sentarte luego en el convite. A mí me tocó la pulserita azul.
La ceremonia
Lo siguiente con lo que me encontré fue el espacio habilitado para la ceremonia: un montón de sillas blancas de madera alineadas que formaban un pasillo para que los novios pudiesen llegar al «altar». Este pasillo estaba decorado con unos corazoncitos de madera que estaban pinchados en el césped. ¿No os parece un detalle muy cuco?

Ya estaba todo pensado incluso para cuando acabase la ceremonia: los cañones de confeti, cucuruchos de papel con puñados de arroz y de pétalos de rosas para tirarles a los novios y también algunos abanicos para l@s más caluros@s. También había cucuruchos de arroz colgados de las sillas, para que todo el mundo pudiese participar arrojando el tradicional arroz sobre los novios.
Después de la ceremonia, los novios animaron a todos sus invitados a que durante el cóctel fuesen dejando su huella para crear este original árbol en tonos morados. Un árbol de huellas funciona de la siguiente manera: cada invitado elige el color de la tinta que más le guste y luego elige un lugar en el cuadro para imprimir su huella como si fuese la hoja de un árbol. Lo único que me faltó en este árbol fue un boli cerca para que cada invitado pudiese identificar su huella escribiendo su nombre cerca.

Mi look
Y si os preguntabais cuál era el look que elegí para esta boda, aquí os dejo algunas fotos con mi vestido. Está mal que yo lo diga, pero la verdad es que ¡me encanta este vestido! Es la cuarta boda en la que lo llevo puesto y no me canso de él. Me lo compré para la boda de mi hermana hace siete años. Me costó muchísimo encontrarlo, y cuando lo encontré me costó mucho que me lo arreglasen y me lo ajustasen bien. Por suerte, encontré una modista muy hábil con sus manos que creó esta maravilla a medida.
*Por cierto, cuando lo compré, me enteré de que este vestido estaba diseñado por una tal Sonia Peña que supuestamente era una diseñadora muy conocida… ¡Qué incultura tengo en esto de la moda…! Y yo que lo elegí porque el color y la caída me quedaban bien… jeje.

Y para terminar de completar mi look, os dejo el detalle de mi maquillaje (verde y fucsia, a juego con el vestido) y el peinado totalmente «handmade». ¿Se nota que me encantan las trenzas y los tirabuzones?

El momento del cóctel
En el cóctel hubo aperitivos típicos: bocaditos de foie, gazpacho, pescadito frito, degustación de paellas, jamón recién cortado… ¡y una mesa entera con una quesería montada! Riquísimos los quesos. Y lo que me pareció más gracioso de todo fue la pizarrita de presentación de la mesa de quesos «Quesería de mí sin ti». XD

El convite de boda
Como en cualquier boda, no podía faltar un copioso convite. Aquí os dejo la minuta y algunos detalles de las mesas.

Como siempre, tanto los tarjetones de boda, como la minuta, como las etiquetas de los regalitos o cualquier otro detalle, la tipografía y los dibujos fueron diseñados por los novios.
Y después de unas cinco horas desde el comienzo de la boda, ¡el cuerpo me pedía un descanso!. Por suerte, en el jardín del cortijo había unos cómodos cojines donde poder reposar unos minutos mientras los pinos dejaban mecer sus ramas al viento creando un sonido de lo más relajante.

El regalito de la boda
¡Y a la carga de nuevo con la boda! De vuelta al salón del convite, los novios comenzaron a repartir los regalitos.

A estas alturas ya os habréis dado cuenta de que el hilo conductor de los detalles de la boda fueron una pareja de simpáticos cactus, ¡no había una forma mejor de realzar la tierra en la que estábamos, Almería!
Este dibujito estaba presente en toda la tematización de la boda y los regalos no iban a ser menos. Para las chicas el regalo fue una mini-regadera con un pequeño cactus dentro. Para los chicos: un usb con forma de cactus.
De la misma forma, los novios tematizaron también la piñata para los niños y un original carro lleno de alpargatas para que la fiesta continuase toda la tarde.

*Si queréis ver más ideas de regalitos, aquí os dejo link al post sobre los detallitos para un bautizo.
Y mientras los niños se divertían con la piñata y con otras actividades organizadas, los mayores estuvimos entretenidos con un par de rondas de Bingo. ¿Y sabéis qué se llevaba el ganador? En la primera ronda el afortunado ganó un jamón, en la segunda, una botella de aceite de oliva de gran calidad. ¡Ah! Yo fui una de las «azafatas» encargadas de este bingo, jajaja.

Y para volver a coger fuerzas, los novios habían pensado en todo. Cerca del convite se había colocado una mesa con dulces para aguantar la tarde. Mmmm… Qué buena idea.

Siempre quedarán los recuerdos
Y al final de esta boda que duró más de doce horas, nos quedaron los regalitos y un montón de recuerdos, en sentido literal y figurado.
A lo largo de la tarde, los novios habían organizado un fotomatón para que los invitados se fuesen haciendo fotos. Pero lo original de esta idea no fue el fotomatón en sí: un lugar donde hacerse fotos con sombreros y complementos divertidos para que luego los novios guardasen de recuerdo. Lo orginal de esta idea es que cada foto que te hacías se imprimía al momento. El fotógrafo le daba una copia al invitado para que la pegase en un libro y se la dedicase a los novios, y otra copia para que se la quedase el mismo invitado como recuerdo.
Ya os podéis imaginar que el fotomatón se convirtió en un rincón lleno de risas y buen rollo del que salieron cientos de fotos impregnadas de naturalidad.

En definitiva, una boda cargada de detalles que los novios cuidaron con mimo y con mucha gracia. Durante la celebración, todo quedó armónico y con muy buen gusto. Y por eso, hoy lo comparto con vosotro@s aquí. ¿Os ha dado buenas ideas para próximos eventos? Espero que sí.
Como siempre, espero vuestros comentarios. Miles de besos.
2 Comments
Hola. ¿Te lo pasaste bien? Pues eso es lo importante. Muy bien contado!
Sí, ¡me lo pasé genial! Muchas gracias Tono ;) Un besazo y hasta pronto.