¡Ay! Guardar los cacharros de la cocina… ¡esa ardua tarea que siempre nos trae de cabeza!
Yo no soy ninguna experta del orden, pero os voy a contar cómo organizo yo los bártulos en la cocina y que de momento me ha funcionado bastante bien (por funcionar me refiero a que con lo desastre que yo soy, he conseguido respetar ese orden y no abandonarme al desorden y la anarquía en los armarios, así que algo estaré haciendo bien , ¿no?).
Para guardar y organizar la batería de cocina en mi casa yo realizo una primera clasificación:
- las ollas pequeñas y los cazos tienen un sitio
- y las sartenes y ollas grandes tienen otro
En este post hablaremos de las ollas pequeñas y los cazos (dejo para más adelante la segunda clasificación).
Y llegados a este punto en el que nos centramos en ollas, cazos y cacerolas surge una pregunta: ¿son adecuados los cajones caceroleros para este fin?
Una de las preguntas que me hicieron cuando estaba amueblando la cocina fue “cuántos cajones caceroleros” quería poner. Yo nunca había tenido un cajón de estas características, pero recuerdo que cuando mi abuela cambió los muebles de su cocina puso dos de estos cajones considerablemente profundos. Tal vez debido a esta generosa profundidad, ella comenzó a apilar su extensa batería de cocina distribuida en estos cajones. No sé si fue debido al exceso de peso que soportaban los cajones, o si fue porque los rieles de los cajones no eran de buena calidad, la cuestión es que yo recuerdo que abrir esos cajones me resultaba tremendamente difícil: estaban duros, pesaban mucho y no me parecieron prácticos en absoluto.
Con este recuerdo de los cajones caceroleros obviamente no era muy partidaria de poner ninguno en mi cocina, pero al final, un poco por probar y un poco porque me convencieron en la tienda de muebles (cocinafacil.es) acabé poniendo uno en la única columna de cajones que hay en esta estancia.
Para mi sorpresa, estos cajones sí deslizaban bien y no resultaban pesados al abrirlos. Quizás sea porque no los tengo abarrotados en exceso: dos cazos y dos ollas son los habitantes de este cajón, aunque con ellos también convive un juego de embudos que no sabía muy bien dónde ubicar. Quizás estos sí que funcionen bien porque la tecnología en cuanto a «rieles fuertes que han de soportar mucho» peso ha mejorado bastante de unos años a esta parte. O quizás se deba un poco a ambas razones.
(En esta foto Ru está comprobando que falta un cazo en su sitio porque estaba en el lavavajillas y que su lugar lo ocupa eventualmente la olla exprés)
No voy a hacer apología sobre los cajones caceroleros, pero la conclusión que yo os puedo transmitir de todo esto es que son más prácticos de lo que yo pensaba en un principio. Así que si preferís los cajones a los armarios o las barras para colgar para organizar las cosas en la cocina, existe esta posibilidad para poder guardar piezas pesadas de la batería en cajones destinados a ello.
Un abrazo y hasta el próximo post.