Hace unos meses os contaba cómo me las estaba ingeniando para poner en orden mis joyas. El primer paso fue clasificarlas por tipología y ya os enseñé el invento que fabriqué para guardar todas las pulseras.
Hoy os muestro cómo me he organizado para evitar que los collares acaben enredándose los unos con los otros. ¿Cuál ha sido este ideón? Pues sencillamente, colgarlos en un porta corbatas.
Este que os muestro en esta imagen lo conseguí en Leroy&Merlin. Tiene 15 mini-perchitas (aunque también hay un modelo de 12 para armarios un poco menos profundos). Cuestan entre 12 y 16 euros.
Estos porta corbatas tienen tres piezas y distintos tipos de tornillos, pero siguiendo las instrucciones de la caja son muy fáciles de montar. Aquí está mi chico atornillando con la ayuda de una linterna frontal y no pude resistir la tentación de inmortalizar este momento.
Una vez instalado, este es el aspecto del cuelga corbatas. La barra de las perchitas se desliza, por lo que se puede acceder muy fácilmente a los collares (o las corbatas) del fondo.
Et voilà! Aquí tenemos los collares colgados de nuestro maravilloso invento. A partir de ahora ya no se nos enredarán nunca jamás.
Si las 12 o 15 perchitas no son suficientes para colgar todos nuestros abalorios, es posible colgar más de un collar por percha. Y si nos sobra espacio, podemos aprovechar para colgar cinturones, pañuelos, pulseras… lo que mejor nos venga para tener todas nuestras cositas en orden.
Bueno, en orden siempre y cuando no haya un gato que nos invada el armario y se sienta tentado a jugar con nuestros collares. Que aunque Sauron ponga cara de no haber roto nunca un plato, todos sabemos que no es precisamente un gato santo.
Por cierto, ya va siendo hora de que os presente oficialmente a Sauron, ¿no? Prometo hacerlo pronto. Un abrazo muy gordo y hasta el próximo post.