Es abrir una maleta y ahí se nos mete el gato, ¿no os ha pasado nunca? Si tenéis gatos en casa, seguro que sí.
Cuando los dueños de los gatos vemos este comportamiento muchas veces bromeamos diciendo que nuestro gato quiere que lo llevemos con él de vacaciones y por eso se nos mete dentro de la maleta. Pero la explicación es mucho más sencilla: tal vez pueda parecernos simple, pero a los gatos les hace sentir seguros meterse en una caja, en una bolsa o en una maleta.

Los gatos son impredecibles a la hora de elegir una zona de descanso. Para ellos, puede tratarse de cualquier lugar donde se sientan cómodos y, sobre todo, tranquilos. Y si es un lugar que les sirve de escondrijo, mejor que mejor: un tronco hueco, una madriguera, un estante alto o el interior de nuestro armario.

A nosotros nos puede chocar este comportamiento, pero si el gato ha elegido este lugar, es porque se siente seguro en él y es mejor dejarle tranquilo. Aunque será inevitable que dejen algún pelo sobre la ropa, en realidad no van a hacer nada malo, solo quieren un ratito de intimidad y de sentirse a gusto.

Los gatos y los viajes, ¿qué hacer?
Respecto a la pregunta que se nos planteaba antes sobre si los gatos desean irse de vacaciones con nosotros o no, la respuesta es simple: los gatos son unos auténticos expertos en estresarse, así que ningún cambio les hará gracia, aunque el cambio sean unas merecidas vacaciones.
Ante esta situación tenemos tres opciones: dejar al gato en casa, llevarlo con nosotros o dejarlo en una residencia felina. La primera opción significa que el gato estará solo, la segunda, que estará con nosotros pero en un entorno nuevo. En la última opción el gato cambia tanto de entorno como de compañía. Por eso, al ser un doble cambio, esta sería la opción que sería menos recomendable para mí a menos que fuese totalmente necesario. Pero por supuesto, si nos decantamos por ella, habrá que informarse bien del lugar, para asegurarnos de que encontramos el mejor lugar para nuestro compañero felino.
Si lo dejamos en casa
Si lo dejamos en casa, él agradecerá seguir estando en su entorno, pero deberemos asegurarnos de que a nuestra mascota no le falta agua ni comida. Para ello, existen dispensadores automáticos de comida y de agua.



Esta es una posible solución. No obstante, es preferible que cada día o cada dos días, pueda acudir alguien a echar un ojo para supervisar periódicamente que todo está bien. Esta persona, también puede ser la encargada de suministrarle comida y agua a nuestro gato si no tenemos dispensadores automáticos o si queremos darle pienso húmedo cada cierto tiempo.
Ya hemos dicho que cualquier cambio les vale. Las personas nuevas también. Así que, igual que el gato agradecerá estar en su casa habitual, también agradecerá que la persona que venga de vez en cuando sea alguien de confianza a quien el gato conozca: un familiar o amigo que se lleve bien con él.
Esta persona deberá revisar que al gato no le falta ni la comida ni la bebida, que los areneros están limpios, que el gato tiene un ratito de juego, compañía y distracción y tampoco está de más que disponga del número de teléfono del veterinario por si las moscas.
Si se viene de viaje con nosotros
Siempre que el gato viaje con nosotros deberemos intentar hacerle lo más llevadero posible ese cambio para reducir el estrés del animal.
Si el gato viaja en nuestro vehículo, deben ser llevados en el transportín cumpliendo las normas de Circulación. Esto a los gatos no suele hacerles mucha gracia (el ajetreo del coche, estar encerrados…), por lo que es recomendable pulverizar Feliway tanto en el transportín como en el habitáculo del coche para disminuir su estrés. También es buena idea incluir en el transportín una mantita o una prenda de ropa que huela a algo con lo que el gato esté familiarizado.
En caso de que el gato se maree o se ponga muy nervioso en el coche, pregúntale a tu veterinario qué medidas tomar y no le des comida justo antes de emprender el viaje. En las paradas necesarias durante el viaje, nunca dejes a tu gato solo dentro del coche, los golpes de calor son muy peligrosos. Durante estas paradas puedes darle agua, pero nunca lo saques del transportín sin asegurarte de que no puede salir del coche.
Si viajamos en otro medio de transporte, siempre habrá que consultar primero las condiciones de la compañía para viajar con mascotas, ya que varían mucho según empresas.
En cuanto al nuevo alojamiento, consulta siempre con antelación si permiten tener animales de compañía. Una vez allí, localiza el veterinario más cercano por lo que pudiese ocurrir (esperemos que no sea necesario, pero más vale ser previsor).
Para evitar la ansiedad de los olores desconocidos en el nuevo alojamiento, también es muy útil de nuevo el Feliway (en formato pulverizado o enchufando el difusor).
Además, a la hora de preparar la maleta, deberemos llevar con nosotros su comida habitual para evitar los cambios. No olvides tampoco su camita, sus bebederos, comederos y areneros. Y por supuesto, antes de iniciar el viaje asegúrate de que el animal tiene todas sus vacunas al día, su chip, etc.
Y sobre todo, disfruta del viaje
Una vez en tu destino, ¡disfruta del viaje! Si has dejado al gato en casa, es inevitable echarle de menos, pero lo has preparado todo para que sus necesidades estén cubiertas. Confía en que lo van a cuidar bien.
Y si tu gato se ha ido contigo, seguro que el primer día se muestra algo temeroso en el nuevo lugar. Pero tranquil@, aunque cada gato tiene su tiempo de adaptación, conforme pasen los días verás que se va acostumbrando a su nuevo hogar provisional, incluso le terminarán gustando los nuevos elementos de decoración que no tiene en su casa.
¡Ahora solo queda disfrutar de las vacaciones! ¡Feliz verano!