Ocho de la mañana de un martes: ¡Ding dong! La vecina de abajo llama a mi puerta. Yo aún estoy desayunando en pijama. Me quito un poco las legañas de la cara y abro con mi media sonrisa aún dormida.
Malas noticias: a la vecina de abajo le está cayendo agua desde el techo. Así que nuestro baño va perdiendo agua gotita a gota. ¡¡¡CRISIS!!!
Esto ocurrió la semana pasada. Hoy, por suerte, ya está todo solucionado. Os cuento cómo fue el proceso, para que os quedéis tranquilos si alguna vez tenéis este mismo problema.
¿Qué hacer y cómo actuar?
En primer lugar, lo que hay que hacer es llamar al seguro (hay que llamar al seguro del vecino que pierde agua, que en este caso era yo).
Al día siguiente ya mandaron al fontanero para que viniese a comprobar dónde estaba la fuga. Visitó a los vecinos de abajo, vio dónde caía el agua y al subir a mi casa hizo un agujero en la pared para reparar la tubería que perdía agua.
Esto fue muy rápido. Lo único es que dejó un agujero en la pared, que yo andaba siempre tapando para que mis gatos no se metiesen dentro, jeje.
El siguiente paso fue un poco más problemático. Vino el albañil a reparar la pared.
*Para arreglarla, es recomendable que siempre guardéis las baldosas y azulejos que sobraron en la obra de la casa. Yo los guardo en el zócalo que tienen debajo los muebles de la cocina.
Digo que fue problemático porque la fuga estaba cerca del bidé y cuando el fontanero acabó su trabajo, volvió a montar el bidé, pensando que el albañil tendría espacio suficiente para trabajar con el bidé ya montado. No obstante, no fue así. Y el albañil solicitó hacer el trabajo el mismo día que el fontanero estaba allí.

Así que hubo que llamar al fontanero y cuadrar agendas para que pudiese venir a la vez que el albañil. Eso ocurrió una semana después. El procedimiento fue el siguiente:
- El fontanero desmontó el bidé
- El albañil arregló la pared y puso un nuevo azulejo
- El fontanero volvió a montar el bidé
- ¡Y todo arreglado!

A continuación, solo faltaba arreglar el techo de los vecinos de abajo. A los pocos días el pintor fue a su casa y pintó el techo que ya estaba seco.
Es una faena que te ocurra algo así, porque te hace perder algo de tiempo en casa mientras vienen los trabajadores a arreglarlo. Pero la verdad es que en este caso, todo funcionó de una manera bastante rápida y fluida.

Así que cuando os pase algo así: Calma, «todo tiene solución menos la muerte» :P
Un abrazo y hasta el próximo post.