Hoy os traigo una receta de salsa para pasta bien sencilla y ligerita: salsa pomodoro e burro (de tomate y mantequilla). Esta salsa de tomate es, probablemente, la más simple de todas las salsas italianas.

Además, ¿sabéis qué? es apta para ovolacteovegetarianos. ¿Por qué? Porque para hacerla esencialmente necesitamos tomate y mantequilla. Hace unos meses unos amigos ovolacteovegetarianos vinieron a cenar a casa y yo quise saber si podía añadir mantequilla a los platos. ¡Pues sí, señores! No hay ningún problema. Buscando los ingredientes de la mayoría de mantequillas, podréis comprobar que (aunque algunas tienen trazas de mantecas o de aceites vegetales), la mayoría de mantequillas vienen exclusivamente de la leche. Así pues, este alimento se considera un lácteo.

Yo os recomiendo encarecidamente este plato ya que es muy ligero y de fácil digestión. Además, lo podemos refrigerar y llevarlo al trabajo para comer, e incluso congelarlo para comerlo más tarde.

¿Os quedáis a ver cómo se cocina? Os sorprenderá lo fácil que resulta.

Ingredientes:

  • 1 kg de tomates frescos y maduros (siempre que sea posible, usad tomates frescos. Aunque los enlatados son mejores que los frescos de mala calidad)
  • 50-75 gr de mantequilla
  • media cebolla pelada
  • Sal
  • Parmesano (opcional)
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Ingredientes pomodoro e burro

Preparación del «Sugo al Pomodoro e Burro»

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Triturar los tomates

En primer lugar, trituramos todos los tomates. Yo ni siquiera les quito la piel o las pepitas (más sustancia, ¿no?, jejeje. En realidad, si los trituráis bien, la textura de la piel y de las pepitas casi ni se nota, así que, ¿por qué no ahorrarnos un trabajo tan laborioso?)

A continuación, a calentamos la mantequilla en una sartén hasta que se funda (pero sin que llegue a dorarse).

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Fundir la mantequilla en la sartén

En seguida, añadiremos el tomate triturado a la sartén. Colocaremos la media cebolla pelada en la sartén así, tal cual, sin trocearla ni nada, simplemente para darle sabor al tomate.

Cocinaremos a fuego lento (20-40 minutos, según el tamaño de la sartén) hasta que el tomate se haya reducido y espesado.

*Truquito: si el tomate está muy ácido, yo le suelo añadir una o dos cucharaditas de azúcar. Eso compensará la acidez del tomate para que nuestro plato quede delicado y riquísimo.

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Cocinamos el tomate y la media cebolla a fuego lento hasta que la salsa espese

Cuando nuestra salsa ya esté, la retiraremos del fuego y la dejamos a un lado. En este momento (con cuidado de no quemarnos), sacaremos la mitad de la cebolla del tomate.

Truquitos de la casa

Este plato es perfecto para preparar la salsa con anticipación y refrigerar (dura unos 3-4 días en la nevera en un frasco bien tapado). También lo podemos congelar.

*Si no vamos a tomar el plato nada más cocinarlo, podemos realizar el último paso más adelante y retirar la cebolla justo antes de consumirlo. A mí me gusta quitarla, porque ya sabéis que soy más bien de sabores suaves. Pero si os gusta un sabor más fuerte a cebolla, sabed que cuanto más tiempo la dejéis a remojo en el tomate, más sabor tomará.

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Salsa pomodoro e burro

Si lo vais a consumir ya, simplemente hay que añadirle vuestra pasta favorita: tiburones, tornillos, lacitos… Le va bien una pasta que se impregne bien con el tomate.

*Los italianos dicen que para que la pasta quede buena, se debe poner a hervir un litro de agua por cada ración de pasta (60-80 gr, dependiendo de si somos más o menos comedores).

A mí, además me gusta añadir al agua hirviendo, una cucharada de sal y un chorrito de aceite de oliva para que la pasta quede más untuosa.

Colamos la pasta y mezclamos con la salsa pomodoro caliente (o recalentada). Si queremos, le podemos añadir el queso rallado…

¡Y a disfrutar!

Ya veréis que si probáis este plato, lo repetiréis. ¡Os va a encantar!

Buon appetito.

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